Donación Raquel M. Cáceres.
La idea central de la teología del Antiguo Testamento es, sin duda, la esperanza mesiánica. Todo el Antiguo Testamento gira en torno al mesianismo, de forma que, si prescindimos de esta noción, nos es incomprensible la historia bíblica. Desde los primeros capítulos del Génesis hasta los últimos libros proféticos encontramos una luz que va engrosando y se va perfilando a medida que se acerca la , el advenimiento del Mesías, síntesis y clave de toda teología bíblica. La primera promesa de rehabilitación de la humanidad después de su caída se va concretando a través de la historia en una estirpe y en un pueblo que fue escogido precisamente para transmitir la promesa mesiánica a los demás pueblos del orbe. La vocación de Israel como intermedio entre Dios y la humanidad -un pueblo sacerdotal y una nación santa- en orden a la rehabilitación espiritual de ésta es algo que desborda a toda explicación natural.