Donación Melisa Castellarin.
En Argentina, la protección ambiental ha comenzado a ser considerada seriamente y las autoridades nacionales, provinciales y municipales están implementando medidas cada vez más exigentes. Diversas ramas de la pequeña y mediana industria asentadas en el país provocan un fuerte impacto ambiental aumentando la contaminación del agua, el suelo y el aire. Y como con frecuencia industrias y viviendas comparten un mismo espacio, estas emisiones contaminantes afectan directamente a la población. El origen de esta situación se encuentra en la forma de producción de las industrias, en los productos elaborados y en la falta de conocimiento empresarial acerca de conceptos y tecnologías más limpias. A fin de mantener su competitividad, las empresas deben adaptar rápidamente sus estrategias a las exigencias ambientales aceptando las posibilidades y riesgos de las mismas. Los beneficios que una empresa puede lograr a través de una gestión ambiental adecuada se traducen en una mayor competitividad, la disminución del riesgo de accidentes, mejor organización y posibilidades de reducir costos.