Donación Raquel M. Cáceres.
El adjetivo "valdense", para quien lo haya oído anteriormente, significa hoy dos realidades distintas, si bien ligadas entre sí: una Iglesia y una región. Ante todo, una Iglesia evangélica, esto es, protestante, activa en Italia desde muchos siglos que, a pesar de contar con pocas decenas de miles de miembros, tiene su importancia por el puesto que ocupa en la vida italiana: se trata, justamente, de la comunidad más antigua, cristiana no católica, constituida y aún existente en Europa desde antes de la Reforma. En segundo lugar "valdense" indica una zona: dos valle del Piamonte occidental (Pellice y Chisone-Germanasca) que partiendo desde Pinerolo se internan hacia los Alpes, llamados todavía hoy "valles valdenses". No es, pues, ni la comunidad religiosa, ni la zona piamontesa las que dieron origen al nombre de "valdense"; pues se hablaba de valdenses mucho antes de que existieran la una como la otra, en pleno Medioevo, desde cuando un personaje muy poco conocido (de esos que apenas si son mencionados en los libros de escuela), un cierto Valdés o Valdesio (comúnmente llamado Pedro Valdo) experimentó una crisis espiritual que lo condujo a tomar una decisión: vivir como los apóstoles. Justamente de él y de su experiencia toma su motivo nuestra historia.