Donación Raquel M. Cáceres.
En este primer volumen de los tres que forman la Teología sistemática, se analizan minuciosamente los conceptos, los conflictos y las tensiones internas de la razón y del ser y, paralelamente a ellos, las nociones teológicas correlativas de la revelación y de Dios. Rechazando tanto el naturalismo como el supranaturalismo, Tillich concibe la revelación, no como una información acerca de las "cosas divinas", sino como una manifestación extática del fondo de la razón en la vida de la razón, manifestación que ni anula a la razón ni le impone la aceptación de unas absurdidades o unos desatinos racionales. Parejamente, Tillich no comprende a Dios como un ser junto a los demás seres, como un ser cuya existencia o no existencia pueden ser objeto de discusión y de contienda, sino como el ser en sí o el poder de ser en todo y por encima de todo lo que es. Excepto esta simple afirmación de que Dios es el ser en sí, todo cuanto podamos decir acerca de Dios, incluso la aserción de que Dios es amor, tiene que ser necesariamente simbólico. De este modo, tanto la revelación como la teología ya no son unas realidades o unos conocimientos extraños al hombre, que le son impuestos por una autoridad ajena, sino que brotan del fondo de su ser y de su significación sin quedar por ello aprisionados en las contingencias de la subjetividad. No es extraño, pues, la poderosa influencia que en la actualidad ejerce Tillich, no solo en las corrientes más audaces de la teología contemporánea, sino en la totalidad del pensamiento y del quehacer cultural del mundo occidental de nuestros días.