Estimado personal de las comunidades educativas metodistas en Rosario. Mayo es recordado como el mes del metodismo. Cuando hablamos de este movimiento dentro de la Iglesia Anglicana no debemos olvidar a los fundadores de ella, los hermanos Wesley quienes junto a otras personas fueron responsables del inicio de este movimiento.
Hay dos hechos que quisiéramos resaltar en el día de hoy. El primero es denominado la del “corazón ardiente” de Juan Wesley. Un 24 de mayo de 1738 a las nueve menos cuarto de la noche, con ánimos muy poco dispuestos, en la capilla de la calle Aldersgate en Londres, Wesley escuchaba los comentarios que se leían sobre la epístola a los Romanos de Martín Lutero. En sus propias palabras, Juan Wesley dice en menos de una página, que sintió que su corazón ardía en el pleno convencimiento que sólo el amor y la gracia de Dios le habían librado del pecado y de la muerte. A partir de ese momento Juan supo que el amor y la gracia serían pilares en su vida. Eso fue crucial y abrió la mente y corazón de Juan y otros metodistas de manera tal que ahora la santidad dejaba de ser de uso exclusivamente personal y pasaba a ser social.
En ese sentido, Wesley fue muy crítico de la esclavitud y las injusticias que provocaba en su propio país y en el mundo. El tráfico de esclavos y el inmenso negocio que generaba, no solo lo movilizó a luchar personalmente por su abolición, sino que también las primeras comunidades metodistas británicas se vieron involucradas en ello. En otro tenor, el carbón era una fuente de energía insustituible en la llamada “revolución industrial” de ese tiempo. Había que sacarlo del subsuelo en condiciones muy precarias de salud, ignorando claramente la seguridad. Los hijos de los mineros eran obligados a meterse en las cavernas más pequeñas, ya que lo adultos no podían hacerlo. Por eso la niñez veía frustrada las expectativas del cuidado, alimentación y educación que solo la clase acomodada podía tener.
Es por ello, y en segundo lugar hoy, a Juan le “arde el corazón” nuevamente, tomando partido por los mineros y sus familias. Junta fondos y crea “Kingswood College” o sea el colegio Kingswood en las inmediaciones de Bristol. Allí con la ayuda de mujeres y hombres logran crear una escuela para la niñez de estas familias. Las sacan de las minas y educan para su futuro, donde no faltó la Biblia como rectora de todo lo bueno en la vida, ahora claramente rescatada de una muerte temprana. El 28 de mayo se celebra justamente el “Día de la Educación Metodista” donde el sentido de la creación del “Kingswood College” tuvo mucho que ver.
Toda la niñez tiene derecho a estar alimentada, educada y cuidada. Así vemos el centro de los principios de la educación metodista, la que estaba pensada para cortar los vínculos que encerraban a la niñez en la esclavitud y una muerte cercana. Ahora las posibilidades eran crecer, estudiar y trabajar para mejorar la vida en una virtuosa espiral ascendente.
Quiera el Señor que al recordar estos dos hechos nos dé la certeza del para qué y para quién trabajamos. A su nombre gloria.
Oración de consagración de John Wesley: “O [Dios] haz que nada más en mi alma habite, ¡solo tu amor puro en paz! Que tu amor me posea en mi totalidad. Mi gozo, mi tesoro y mi corona. Fuegos extraños remueve lejos de mi corazón: ¡[que] cada acto, palabra, pensamiento, sea amor!” Amén.
Pastores Jorge Ostapczuk y Luis G. Vásquez – Capellanes del Centro Educativo Latinoamericano, Comunidad Educativa La Paz, Escuela Gurí y Universidad del Centro Educativo Latinoamericano