“¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, sino que ha resucitado” (Lucas 25.5b-6a)
El pasado domingo de este mes dio comienzo la Semana Santa entre las iglesias cristianas de Occidente, mientras que en las iglesias de Oriente dicha fecha tendrá lugar a partir del 5 de mayo. Y aquí es importante recordar que durante esta Semana según cada calendario litúrgico, la cristiandad contemporánea conmemorará la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret, comenzando con el así llamado Domingo de Ramos y finalizando con el ya conocido Domingo de Resurrección.
¿Pero que recordamos realmente? ¿Cuál es el sentido hondo de la Pascua Cristiana? Ante estas preguntas que nos hacemos hoy, como personas inmersas en otro tiempo y otro mundo, deben remitirnos al valor que hace 2000 años tenía la esperanza mesiánica acerca de la venida de un mundo mejor, más justo e igualitario, donde el Pueblo Judío soñaba con la liberación definitiva de la opresión vivida como nación, pero también, donde soñaba con la liberación total de la humanidad y de la creación de Dios, del mal existente en el mundo.
De esta manera, la Pascua Cristiana nos remite a este hondo anhelo de liberación y plenitud de toda la creación que se encuentra en la celebración de la Pascua Judía, sino que también nos dirige a todos los anhelos, deseos y esperanzas de liberación/emancipación provenientes de las grandes tradiciones religiosas y laicas existentes, que buscan la justicia, el bienestar y la vida plena de toda la humanidad.
Por ello la Pascua, donde Jesús es reconocido como Mesías y sobre todo, es reconocido como un Mesías Sufriente que no sólo muere en la cruz, sino que entrega su vida para el perdón de nuestros pecados y la reconciliación de todas las cosas, constituye una memoria grabada en el tiempo y a la vez, se erige en un llamado actual para acoger la gracia que Dios nos ofrece permanentemente, con el fin de cambiar nuestras vidas y lanzarnos al amor que se dona en un mundo atravesado por el dolor, la injustica y la inequidad.
En este sentido, la Pascua Cristiana también se revela como un tiempo de confesión, de testimonio gozoso y solemne donde Jesús de Nazaret es confesado como Mesías Triunfante, quien ha resucitado de entre los muertos y ha ascendido al cielo para estar junto con Dios Padre, hasta que los tiempos escatológicos se cumplan y en el futuro de Dios, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo sea todo en todos.
En la Pascua Cristiana conmemoramos así la muerte y la resurrección de un Mesías que proclama la Buena Noticia y lucha por la justicia, optando siempre por aquellas personas vulnerables y débiles que el mundo había dejado atrás, pero que de acuerdo al Evangelio, eran los primeros sujetos del Reino para de allí acoger a todos los seres humanos, sin distinción alguna.
Hoy, la Pascua nos sigue invitando tal como ayer, a la renovación de la esperanza en un Reino que viene, en ese gobierno de Dios donde la libertad, la igualdad y la hermandad entre los seres humanos son finalmente posibles, para de esta manera celebrar la Resurrección del Cristo/Mesías como la alborada de un nuevo mundo y al mismo tiempo, trabajar por la manifestación en la historia de ese Reino que ya está en medio nuestro.
Y por ello y ante la urgencia de invocar al Dios de la Vida que se ha manifestado en su Hijo, en esta Pascua somos pro-vocados/as a cantar, celebrar y saludamos diciendo: ¡Christós anesti! ¡Alithós anesti! (¡Cristo ha resucitado! ¡Verdaderamente ha resucitado!)
Oración: Dios de la vida y de la gracia, en quien mediante tu Hijo Jesús encontramos la salvación de la ley del pecado y de la muerte, revélate en la historia y en nuestras vidas una vez más con el fin de construir un mundo nuevo, a la luz de la resurrección y de tu reino que viene, para caminar en santidad y justicia junto a nuestros/as hermanos/as más pequeños/as, en agradecimiento permanente a la nueva vida que nos das en Cristo y en el poder de tu Espíritu Santo para vivir en el amor. En el nombre de Jesús, el Mesías Resucitado. Amén.
Pastores Jorge Ostapczuk y Luis G. Vásquez
Capellanes del Centro Educativo Latinoamericano, Comunidad Educativa La Paz, Escuela Gurí y Universidad del Centro Educativo Latinoamericano